La verdadera espiritualidad jamás pasa de moda. Todo hombre, en algún momento de su vida, es urgido por las circunstancias históricas y sociales que le rodean a buscar las «fuentes de agua viva» que calmen la sed que le devora. En este sentido, la teología de la liberación ha tenido desde sus orígenes una profun da preocupación por indagar y proponer un camino real y concreto que permita el acceso al verdader