Arnaldo Pangrazzi parte en este libro de la convicción de que la felicidad no es un estado permanente, afirma que cada día ofrece una ocasión para aprender sobre la fragilidad deArnaldo Pangrazzi parte en este libro de la convicción de que la felicidad no es un estado permanente, afirma que cada día ofrece una ocasión para aprender sobre la fragilidad de la existencia e insiste en lo importante que es cicatrizar las heridas, físicas y espirituales, para poder seguir caminando fortalecidos por la experiencia sufrida.