En diciembre de 1841; Monsiuer Dupin resolvió un doble crimen cometido en el cuarto cerrado de un edificio de la Rue Morgue. Un año después; reveló quién había matado a una muchacha; cuyo cadáver apareció en la orilla del Sena; y; en febrero de 1845; precisó dónde se encontraba cierta carta que comprometía el buen nombre de una señora de bien. Sólo fueron tres casos; pero bastaron para que el personaje creado por Edgar Allan Poe se convirtiera en el arquetipo del detective privado y; de paso; pusiera en marcha a un nuevo género: Policial; lo llamaron. Desde entonces; se han multiplicado los detectives y las diferentes maneras de contar historias de crimen y misterio. En Como un animal herido; a partir del suicidio o del asesinato de Sofía Miranda; Marcelo Vallejos elige otro modo de contar: prescinde del clásico detective y; en una incomparable vuelta tuerca; deja ese papel en manos de cada lector. Junto al doctor Olevi nos lleva a Légamo; un pueblo perdido; vaya a saberse dónde; porque ahí tal vez está la clave de lo que realmente sucedió con esa muchacha que encontraron muerta junto a las rocas de la ribera. Con la sabiduría de un auténtico artesano de la palabra; Marcelo Vallejos construye un relato apasionante donde nada es lo que parece y donde; fatalmente; cada personaje tiene algo que ocultar. Una vez más; el enigma se resuelve en las últimas páginas; de pronto lo que parecía natural se hace inquietantemente diabólico.