La compleja búsqueda de quiénes somos y hacia dónde vamos nos insume gran parte de nuestras vidas. Ese precioso y escaso tiempo que tenemos para lograr hacer de nosotros mismos el bien más valioso, corremos el riesgo de desperdiciarlo si nos abocamos a explorar por donde no hay nada por hallar. Situaciones, lugares, personas y sensaciones, pueden ser disparadores para encontrar lo que estamos buscando. Cambiar el enfoque con el que abordamos los problemas, ya no como hechos aislados, inexplicables e inesperados, sino integrándolos en un marco más amplio, como parte de una secuencia de sucesos que se encadena a través del tiempo. Esto puede orientarnos hacia soluciones de carácter más profundo y sustancial. Para ello formularnos primero las preguntas correctas puede orientarnos mejor. Es con este espíritu que entre sus manos no se encuentra un libro de soluciones o verdades definitivas, sino que es ante todo una guía de preguntas, para despertar la curiosidad y alentarlo, querido lector, al re encuentro consigo mismo, pues cada quien guarda dentro de sí sus propias respuestas.