El universo dejó de ser aquel previsible reloj de Newton y, el "cogito ergo sum" cartesiano no fue suficiente para explicar las infinitas complejidades, e incluso simplificaciones que nos ofrece la realidad. Pero nuestros sistemas de pensamiento y nuestras instituciones, entre ellas las educativas y políticas, persisten en las creencias de que "sólo es explicable lo explicado" y que "únicamente es camino el