Los primeros cristianos se reunían para comer, y lo hacían siguiendo el modelo del banquete grecorromano habitual en aquella época. Con el correr del tiempo, se produjo el paso del ritual del comedor al altar, y del mundo social al orden eclesial. Así, la eucaristía se trasladó desde las casas privadas a la sala de reuniones y a la basílica. El autor enfoca esta obra de modo que, tomando conciencia de la riqueza de la tradición de las comidas cristianas más antiguas, podamos encontrar hoy en ell