Investigación, innovación y, sobre todo, una serie de buenas prácticas garantizadas gracias a su aplicación llevada a cabo en las aulas, basada en las experiencias personales de los autores, en su conocimiento de los alumnos y de los centros, en sus investigaciones e innovaciones, y, en definitiva, en su buen hacer didáctico y pedagógico. Estas competencias permiten iniciar, tanto al futuro profesor como al que está en ejercicio, en prácticas innovadoras, ofreciendo la posibilidad de conocer los contenidos curriculares, y de planificar, desarrollar y evaluar los procesos educativos de las materias de las enseñanzas propias de las Artes plásticas y visuales.