Lo único que quiero hacer es dar vida a las paginas blancas, poner en papel los sentimientos que tenemos todos. Veo algo terapéutico en hacerlo, en ser autocrítico de mis fallos como persona, y los fallos de los demás. Es lo que nos hace ser humanos, y como si los poemas eran amantes posibles, prefiero que se miren el libro como una margarita para deshojar, con el paso de cada página.