El proceso de consolidación del franquismo y su lenta desintegración constituye uno de los temas más interesantes de la historia política europea del siglo XX, pero tiene además una faceta particularmente significativa para nosotros, los latinoamericanos. Es que, hasta su final, el franquismo logró proyectar una imagen muy atractiva para determinadas minorías del poder militar y económico de nuestros países, las que veían allí realizado su sueño: combinar la economía capitalista con la erradicación de las tendencias no sólo socialistas, sino también democráticas. Difícil resulta imaginarse la sedicente "Revolución Argentina" del general Juan Carlos Onganía, sin la preexistencia de la España de Franco. Todo esto permite afirmar que un estudio como el que el lector tiene en sus manos es altamente bienvenido, sobre todo porque analiza críticamente una cuestión clave en el conjunto de las que constituyen la problemática de esa historia. Nos referimos a la compleja relación entre la ideología del franquismo (escasamente apta para permitir a sus seguidores la comprensión de los procesos históricos posteriores a la derrota del Eje) y los procesos de cambio en la economía.