Un perro reflexivo, un pocillo testigo, cucarachas que devoran hombres, sueños que se rompen, verdades, mentiras, madres desesperadas, niños valientes, falsos positivos y muchas sorpresas hacen parte de los cuentos que componen esta obra. El más extenso consta de novecientas cuarenta palabras y el más corto apenas de sesenta y siete. El autor asume el desafío de la brevedad con todas sus implicaciones y apuesta por un ritmo fluido que integra voces y se despoja de formalidades como guiones y puntos a parte.