En la segunda parte de esta obra, Freud habla del sueño y las transformaciones que su constitución impone al material onírico. La permuta de la expresión verbal favorece a algunos casos la condensación onírica por un camino aún más corto, susceptible de proporcionar expresión a las ideas latentes. Según el texto los sueños sirven para comunicar aquello que la mente consciente no puede aceptar.
"El contenido del libro es bueno, llego en buenas condiciones pero no llego a la fecha estipulada. Llego mucho antes. "