Es innegable que la escuela está permeada por los fenómenos culturales e históricos que dan vida a las sociedades. En Chile, muchas de las tensiones sociales actuales relacionadas con las políticas neoliberales, la desigualdad, el género, las migraciones, entre otras, se ven reflejadas y producidas en el espacio escolar. La escuela encierra en sí misma una complejidad y un entramado de significados y valores que parecen invisibles y difíciles de aprehender. Es aquí donde la etnografía escolar adquiere una relevancia vital: nos permite documentar la cotidianeidad, aquello que es tan evidente que se nos escapa del campo reconocible, e interpretar los mundos de vida y culturas de la escuela, con una densidad y profundidad que los hace inteligibles.