El ser humano no se queda inmóvil mirando el mundo. El ser humano tiene sueños que desea cumplir; tiene metas que quiere alcanzar; tiene proyectos a los que se aferra fuertemente. Por ello todos tenemos unos derechos y unos deberes. Nadie vive en una isla desierta. Los hombres viven en comunidad. Y por ello están comprometidos los unos con los otros. Todo sucede como si hubiese un contrato entre todos pues para vivir juntos las personas deben adquirir unos deberes.