Los Jefes y Los Cachorros sirvieron como antecedentes, para la construcción de las obras maestras de Vargas Llosa. Muchos de los elementos técnicos y narrativos que caracterizan la prosa del gran escritor peruano ya aparece en estas primeras piezas breves: el espacio exterior, por ejemplo, que tiene a ser reducido y opresivo, describe un universo carente de equilibrio o armonía que en demasiadas ocasiones conduce a la fustración. Este espacio obliga a los personajes -adolescentes sobre todo- a ofrecer una máscara, fruto de la acomodación a las normas sociales, que impide la autenticidad.