Desde las primeras intervenciones de Juan Pablo II, el mundo percibió que este Papa revelaba otra sensibilidad y hablaba otro lenguaje. Mezclaba la poesía con la filosofía e invitaba a la reflexión sobre el ser humano y la realidad circundante. Se centraba en los valores que consideraba fundamentales para responder al llamado de los tiempos. Sin embargo, si conocemos la evolución del pensamiento y de la creación de Karol Wojtyla, huelga decir que sus ideas de madurez continuaron los planteamientos que había concebido con anterioridad y que muchas de sus ideas de madurez se perciben desde su juventud.