Inés recuerda, en la antesala de un quirófano, momentos clave de su vida: sus vínculos familiares, en especial con sus padres y su hermano Fernando; su relación conflictiva con Julito y el tango; la llegada de los hijos; la amistad con María Teresa; la relación amorosa con Santiago. Entre esos recuerdos se cruzan fragmentos que remiten a los años de la dictadura militar y a la Guerra de Malvinas. Narrada en primera persona por la protagonista, el hecho de escribir se revela en Nadie baila el tango como un juego de espejos enfrentados, que refleja lo real hasta límites insospechados. Nadie baila el tango fue finalista en el XIX Premio Herralde de Novela, en España. En el año 2008 recibió el Premio Único en el Género Novela Inédita del Concurso Bienal de Literatura de la Ciudad de Buenos Aires. Jurado: Sylvia Iparraguirre, Inés Fernández Moreno, Antonio Dal Masetto, Antonio Requeni y Jorge Lomuto.
"Tenía mucho tiempo buscando este libro. Valió la espera. La historia parece simple: una mujer recuerda y nos cuenta su vida. Pero, ¿para qué contar?, ¿para qué recordar? Ciertos eventos, mínimos, en apariencia, se repiten en cada recuerdo. Inés, su narradora, no sugiere nada, casi no opina, cuenta. Y llega un punto en donde la historia, sin darnos cuenta (o al menos eso me pasó) se rompe. Ahí está, creo, el sentido de contar y recordar: llegar a saber -intentarlo- qué pasó, quiénes somos. Me encantó. Es una de mis novelas favoritas de este año."