A la Pequeña Princesa no le gusta nada que la peinen. Cuando la Reina accede a nombrarla encargada de peinar, se ocupa de que todo s los habitantes del castillo luzcan hermosos peinados, pero se deja a ella para el final... ¡lo que tendrá desastrosas consecuenc ias!
"Mirado desde el punto de vista infantil me parece real y bello, simplemente me encantó. "