Las crónicas que componen este libro no fueron hechas por enviados especiales que siguieron cronometradas agendas entre aparatos de última tecnología en hoteles de lujo pagados por los poderes de turno. Apenas algún pibe o alguna piba inquietos con su mochila y un manojo de buenas ideas pululando por los caminos, grabadorcito en mano, mirada atenta, paciencia dispuesta al aprendizaje que nos convida la realidad. Los textos recorren Sudamérica dibujando un mapa en forma de espiral. Ese espiral q