Retrato de un amante holandés revela en apenas sesenta páginas una pasión amorosa signada por las vacilaciones y conflictos inherentes a cualquier pareja y por el hecho externo, inevitable, de la dependencia de quien migra de un país del tercer mundo a uno del primero: Alguien da más, alguien ofrece, alguien va en búsqueda. Invita. El amante ama por interés y viceversa. Dice que la única opción para quedarme en el país de los sueños es casarme con él. Su poder se acrecienta. Se multiplica. Considero sus palabras y me vuelvo un ovillo.