La Santería es una religión de la tierra. Es decir, es un sistema mágico-religioso que tiene sus raíces en la naturaleza y en las fuerzas de la naturaleza y con algún interés o esfuerzo humano. Changó, por ejemplo, es el dios del fuego, del trueno y del rayo, pero es también el símbolo de la justicia, y protege a sus seguidores de sus enemigos. Simboliza también la pasión y la virilidad, y es invocado frecuentemente en los trabajos de seducción. Oshún, por otra parte, simboliza las aguas de los ríos, otorga arquetipo esencial de la alegría y el placer. Yemayá es identificada con los siete mares, pero es también el símbolo de la maternidad, y protege a las mujeres en sus dificultades. Elegguá simboliza los cruces de caminos, y es el orisha del cambio y del destino; es también el que hace que las cosas sean posibles o imposibles. Simboliza el equilibrio de las cosas. Obatalá es el padre, el símbolo de la paz y la pureza. Oyá simboliza los vientos, y es la dueña de los cementerios, el guardián de la puerta entre la vida y la muerte. Ella no es la muerte, pero es la que cuida de su existencia. Oggún es el patrón de todos los metales, y protege a los granjeros, carpinteros, carniceros, cirujanos, mecánicos y a todos aquellos que trabajan con metales o cerca de ellos. Gobierna también sobre los accidentes, de los cuales suele ser causa.