Si el alma pudiera hablar se divide en tres actos: «El mundo» (todo lo que nos rodea y que sin ser conscientes deja un poso en cada uno de nosotros), «El yo» (sentimientos que surgen en el proceso de aprendizaje y aceptación de uno mismo), y «El nosotros» (cuando dos mundos tratan de unirse surgen sensaciones dispares que fluyen de un extremo al otro hasta que logran entenderse).