Un rey de nombre Olba, quien era un pavo real blanco, gobernaba una majestuosa ciudad llamada Villa Ley, el hogar de las aves más exóticas del planeta. Olba es de edad muy avanzada y amaba mucho a su nación y a sus habitantes. Por esa razón, al no tener un heredero, junto a sus oficiales organiza un torneo, en el cual sin importar su tamaño o envergadura alar, el ave que deseara podía participar y el campeón se convertiría en el nuevo rey de Villa Ley.