Reseña del libro "Subidero y Subibaja"
Dos pequeños pueblos asentados a lo largo de la línea costera, protagonistas de dos historias diferentes. Uno viviendo, con no poco esfuerzo, de lo que podía arrancar a la naturaleza; el otro, elegante y sofisticado, empeñado en sacarle provecho a la modernidad. Subidero, un pueblito pesquero digno y respetable, donde el mal no había echado raíces; con sus penas y alegrías, sus tradiciones y sus costumbres y su clamorosa inocencia, tan ajena al extraño futuro que el destino le tenía preparado, un futuro que ni el mismo Nostradamus habría podido imaginar. Subibaja, algo más grande que Subidero, un moderno y confortable centro turístico, con casas de cemento unas, o de madera finamente laqueada otras, con torres de departamentos provistas de todas las comodidades de la vida moderna. Sus calles limpias y pavimentadas, con esbeltas palmeras en sus parterres. Pero tras ese aspecto de brillantez y modernidad, algo siniestro se insinuaba; algo que era posible percibir pero difícil de explicar. Y pese a su disparidad -o tal vez debido a ella- en Subidero y Subibaja se reflejaba lo esencial del drama humano. De un drama que hunde sus raíces en lo más profundo del alma humana. Tal el eje temático de este corto pero sugestivo cuento.