Reseña del libro "Alrededor en el corazón"
Los tres apartados que constituyen Alrededor en el corazón,
el cuarto libro de Enoc Muñoz (Pájaros lágrimas, 1996;
Llegar y Laberinto, 1997; El jardín del mirlo, 2002), proyectan
un movimiento, un errar nómade alrededor de un
núcleo vivo cuya fuerza de gravedad asimismo atrae tal
movimiento. Se trata de un errar del lenguaje, la memoria
y el pensamiento.
En la mineralización de sus propios residuos el poema
se pone en movimiento. La estatua de sal, los vestigios, de
tal errar, aparecen ante la percepción y la determinan. El
discurso del ya-no-más y el demasiado-tarde del presente
cotidiano es desafiado por el lenguaje del poema. Claridad
del pensamiento cargado con la geología del pensamiento.
Y en este caso, esa concentración analítica desconfigura
el patrón común de cualquier imagen pre-concebida.
Esta poesía, “De tanto entrar a verse la carne”, suele
alcanzar la abstracción de lo irreductible y lo modifica,
situándose entre el ya-no y el no-aún; de camino de. El
proceso de claridad y abstracción no es geométrico, sino
orgánico y mineral. El poema, entre el silencio y el sistema
de discursos, nos sitúa más allá del mito, la fábula, la
profecía o la fórmula. Los poemas, en tanto sedimentos
de la particular sincronización del pensamiento crítico
y la voz lírica, sospechan del decir precisamente porque
no se puede sino decir. El lenguaje entonces vuelve a su
condición más arcaica: escuchar, y el sustrato alcanza con
toda naturalidad lo oracular. El decir, de una intuición
que se ha refinado desde sus raíces.